Este es un posteo especial que, a los argentinos amantes de la cocina, nos colma de recuerdos y sabores inolvidables.
En cuanto a los panqueques, su aporte fue tan importante, que al día de hoy, cuando alguien habla de panqueques argentinos, o de «la» receta de panqueques, todos sabemos que se habla de la receta de panqueques de Doña Petrona, mujer argentina pionera en el área gastronómica.
Si te interesa saber más sobre su vida, su increíble arte culinario y sus panqueques argentinos ¡seguí leyendo!
Como un Freddie Mercury de la cocina, Doña Petrona supo abrirse camino y hacer de sí misma un personaje que inspiró a miles de mujeres en la década del 50. Allá por 1896, un 29 de junio en Santiago del Estero, llegaba al mundo la mujer que revolucionaría la forma de pensar la cocina argentina. Al contrario de lo que suele decirse, comenzó a cocinar buscando desesperadamente una salida de la pobreza. Lo primero que aprendió a cocinar de la mano de su madre, Clementina, a muy temprana edad, fueron pastelitos de hojaldre, un señuelo perfecto para lograr atraer a los hombres.
De desamores y nuevas oportunidades
A sus 16 años, Doña Petrona huyó de un matrimonio no deseado. Trabajó algunos años en una estancia como cocinera, y allí conoció al verdadero y gran amor de su vida: Atilio Gandulfo, administrador del establecimiento. Conjuntamente tomaron la decisión de abandonar Santiago del Estero para asentarse en Buenos Aires, mágica tierra que le ofrecería todo un mundo nuevo, desconocido y lleno de oportunidades.
Atilio comenzó a trabajar en el honorable Correo Argentino. Sin embargo, no todo era color de rosas para los tortolitos. El dinero no alcanzaba, por lo que Doña Petrona se vio obligada a buscar un empleo. Pero como dice el dicho popular “no hay mal que por no bien no venga” (y ¡qué bien le vino a Petrona!) fue contratada en la Compañía Primitiva de Gas para, justamente, enseñar a usar las nuevas y novedosas cocinas a gas.
Parece algo muy lejano a nuestra cotidianeidad, pero en Buenos Aires la llegada del gas fue un acontecimiento innovador. La Compañía Primitiva de Gas, en sus inicios, tuvo como principal objetivo persuadir, sutilmente, a los ciudadanos argentinos para que dejen de usar cocinas a querosén y leña. Petrona, nueva en la ciudad y con muchas ganas de progresar, decidió postularse para llevar a cabo esta novedosa campaña: le mostraba a la gente como funcionaban las nuevas cocinas y (como si esto fuera poco) cocinaba en la puerta de, en aquel entonces famoso, Bazar Dos Mundos.
Sin saberlo, este fue el inicio de su carrera culinaria. Una fundación decidió lanzar un libro que llevaba por título “Doña Petrona, la cocina y el gas”. Entusiasmada y movida por el deseo de seguir creciendo, Petrona comenzó a dar clases de cocina para luego publicar sus magníficas recetas en la revista “El Hogar”. Consiguió que la publicación le diera una columna semanal y habilitara el auditorio para sus clases.
El éxito fue rotundo y como consecuencia le ofrecieron espacio en radios ampliando su público y consagrándose como la gran cocinera argentina y guía de las amas de casa para la conducción del hogar.
Doña Petrona llega a los medios
Del gas a frecuencia modulada. De frecuencia modulada a la televisión
Petrona Carrizo de Gandulfo le fue tomando el «gustito» a la exposición y comenzó a aparecer en los medios de comunicación. En un principio incursionó en la radio Argentina, participando diariamente, luego pasó a radio Excelsior y radio El mundo. Este fue su ticket dorado a la fama.
Muchas personas dicen que Petrona ERA la televisión. Apareció en pantalla en el año 1952, apenas unos meses después de la primera transmisión argentina.
Su primer programa fue “Variedades hogareñas” transmitido por el Canal 7 de Buenos Aires.
Este ciclo luego pasó a llamarse “Jueves hogareños”. La cúspide de su fama llegó en 1960 debido a su incorporación en el programa “Buenas tardes, mucho gusto” junto a su asistente personal Juana “Juanita” Bordoy. Increíblemente, este show estuvo veinte años al aire. Diariamente recibía alrededor de 400 cartas. En esos años, sentarse a ver a Doña Petrona era la actividad favorita de las familias (recordemos que antes no había tantos canales, series y películas para hacer zapping)
Su magia radicaba en que realmente sabía comunicar, se olvidaba de que había una cámara frente a ella: cuidaba cada detalle y era muy didáctica. Fue una mujer seductora, increíble, precisa, graciosa. Incluso, si alguien tenía alguna consulta específica sobre una receta podía llamarla por teléfono; cuando eran dudas más amplias podían hacerlo vía carta (si, cartas) Nadie en su sano juicio se perdía su programa; aquellos que no tenían tele se reunían en los hogares de los privilegiados que sí tenían, y disfrutaban juntos sus recetas.
Acerca de su libro
Algunos años antes de que Doña Petrona aparezca en las tapas de las revistas, cuando únicamente era conocida por el boca a boca, cuando las amas de casa asistían a sus demostraciones en la puerta del Bazar Dos Mundos, teatros y escuelas, su público le suplicaba que escriba un libro.
Entraba el año 1933 y Petrona no podía dejar de escribir. Con letra gigante, pilas y pilas de hojas jugaban a ser los bocetos de lo que sería su mayor legado. Era una mujer con todas las letras.
O, más bien, con todas las tareas: se encargó de absolutamente toda la gestión de su libro: marketing, financiamiento, volantes, etc.
Finalmente, salió a la venta una enciclopedia de cocina “El Libro de Doña Petrona” con más de 500 páginas. Su obra contenía consejos para la mujer, formas de organizar y mantener el hogar, secretos culinarios inéditos, etc. Fue traducido a un importante número de idiomas. Hoy en día continúa a la venta en las librerías de Argentina. ¿Dato curioso? Su libro fue más vendido que la Biblia y el mismísimo Martín Fierro.
Sin embargo, el peso de este libro no debe ser medido por la cantidad de páginas, si no por el gran sentido que fue adquiriendo culturalmente. Pasó de ser un simple texto gastronómico logrando cobrar gran interés antropológico e histórico, logrando reflejar los modos de ser de toda una sociedad, la vida doméstica y los avatares políticos y económicos de casi todo un siglo.
Una adelantada
En esos tiempos lejanos, Doña Petrona se comportaba de manera distinta al resto de las mujeres. Fumaba, tomaba whisky, era fanática del futbol y conducía su propio auto. Se caracterizaba por su estilo: era muy coqueta, siempre con los labios y las uñas pintadas de rojo pasión, su cabellera impoluta y varias cirugías estéticas. Podríamos definirla como una diva.
A partir de las sucesivas crisis que caracterizaron a nuestro país y los cambios sociales que esto trajo consigo (como el ingreso masivo de las mujeres a la universidad y al mercado laboral) Petrona actualizó sus recetas, comenzó a ofrecer comidas más económicas y rápidas entendiendo que había mujeres que no querían pasar tanto tiempo en la cocina.
Museo de Doña Petrona
Marcela Massut, nieta de Doña Petrona, decidió homenajear a su abuela de la mejor manera posible. Creó el Museo de Doña Petrona, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, en la Avenida Jujuy 1582. Al entrar se divisa una antigua cocina a querosén junto a una de las primeras cocinas a gas.
Pero no son sólo cocinas, sino que pertenecían a la mismísima Petrona. En el salón descansan muchísimos objetos, hoy en día obsoletos, pero que en el pasado servían para realizar deliciosas recetas.
“La idea del museo nació cuando me invitaron a un aula que estaba por inaugurar Richard Saavedra y cuando yo vi el espacio, que iba a ser un auditorio donde se darían clases de cocina, le dije que tenía para aportar la biblioteca de mi abuela, y él empezó a preguntarme qué más tenía y empezamos a unir los objetos que yo tenía guardados, hasta que un día se inauguró”, asegura Marcela Massut, nieta de Petrona.
Su legado
Doña Petrona abrió un camino para la gastronomía, pero también el oficio de la comunicación, del compartir los saberes. Generosa, hermosa, graciosa y didáctica, Petrona ayudó y aconsejó a sus fans hasta sus últimos días.
Una persona que comparte secretos para alegrar el estómago y el alma frente a una gran audiencia, merece no solo ser vehementemente recordada. Si no, no ser olvidada.
Gracias DoñaPetrona por tus recetas exquisitas y, sobre todo, gracias por tu flan de 12 huevos! 🙂
Fuentes de imágenes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Petrona_Carrizo_de_Gandulfo
https://www.facebook.com/petronacdegandulfo/
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